¿Acción estratégica o jugada de poder? La reciente decisión de Donald Trump de suspender por 90 días los aranceles diferenciados que había impuesto a más de 60 países no solo tomó por sorpresa a los mercados internacionales, sino que también encendió las alarmas en el Congreso de EE. UU., donde ya se habla de posible manipulación de mercado.
Contexto: caos, represalias y mercados en rojo
Todo comenzó hace apenas unos días, cuando Trump implementó un arancel general del 10% a las importaciones provenientes de más de 180 países. Pero eso no fue todo: a mediados de semana, ese porcentaje se elevó significativamente para los países “infractores”, entre ellos varias economías clave.
La respuesta fue inmediata:
China impuso un arancel del 84% sobre productos estadounidenses.
La Unión Europea subió al 25% los impuestos a bienes importados desde EE. UU.
Las bolsas de Asia y Europa colapsaron.
El petróleo tocó su mínimo en cuatro años.
El bono a 30 años del Tesoro de EE. UU. superó el 5% de rendimiento, generando una amenaza real de crisis si los acreedores externos decidían liquidar posiciones.
Giro inesperado (¿y premeditado?)
Pero la historia cambió bruscamente en menos de 24 horas. Con los mercados en caída libre y el pánico en aumento, Trump publicó en Truth Social:
“Este es un gran momento para comprar”.Minutos después, la Casa Blanca anunció la suspensión por 90 días de los nuevos aranceles… excepto para China.
El efecto fue inmediato:
El Dow Jones subió un 7.87%, su mayor alza desde 2008.
El Nasdaq trepó un 12.16%.
Y curiosamente, las acciones de Trump Media & Technology Group (sí, su propia empresa) subieron un 21.67% en una sola jornada.
️ Sospechas en el Congreso: ¿manipulación de mercado?
Las reacciones no tardaron en llegar. Varios legisladores demócratas, encabezados por Mike Levin y Adam Schiff, denunciaron públicamente que Trump podría haber incurrido en uso de información privilegiada y manipulación de mercado.
“Si un presidente dice ‘compren ahora’ y luego cambia una política que hace subir la bolsa, eso no es libertad de expresión. Eso es intervención económica con beneficio propio”, afirmó Levin.
El problema no es solo el impacto en la bolsa, sino quién sabía y quién operó antes del anuncio. Schiff ya solicitó formalmente una investigación sobre posibles operaciones anticipadas desde el entorno del presidente.
¿Fue una jugada estratégica?
Desde la Casa Blanca, el director del Consejo Económico, Kevin Hassett, declaró que la pausa “ya estaba planificada”, pero que la reacción del mercado aceleró su ejecución. Sin embargo, muchos analistas coinciden en que el anuncio pareció más una respuesta desesperada para frenar una posible crisis financiera.
Recordemos que el déficit comercial estadounidense se financia con deuda, y que el mercado de bonos es muy sensible a la confianza global. Un colapso de esa confianza, especialmente con China como principal acreedor, habría puesto a EE. UU. en una posición crítica.
¿Y ahora qué?
La volatilidad generada por estas idas y vueltas no solo sacudió a los mercados financieros, sino que también erosiona la credibilidad de la política económica estadounidense. La posibilidad de que un presidente influya deliberadamente en los precios del mercado a través de declaraciones ambiguas es un riesgo sistémico que no debe subestimarse.
Y como si todo esto fuera poco, Trump terminó su día presentando públicamente a Charles Schwab (sí, el fundador de la famosa firma de inversión), diciendo:
“¡Hoy ganó 2,500 millones de dólares!”
¿Casualidad? ¿Mensaje? ¿Bravata? La línea entre política económica y show mediático parece cada vez más borrosa.
Conclusión
La suspensión de los aranceles podría traer alivio temporal al comercio global, pero también deja en evidencia una peligrosa dependencia del mercado a los tweets presidenciales. Si las decisiones económicas son tomadas según las reacciones bursátiles —y no con base en fundamentos sólidos—, estamos ante un terreno frágil… y peligrosamente manipulable.